El día domingo dos de noviembre un compañero contó acerca de unos restos humanos que habían sido hallados en el campus de Yachay Tech. Aunque yo no sabía nada de lo ocurrido y no tenía idea alguna, el martes 11 de noviembre era un día normal y aburrido pero durante el lapso de las 10:00 hasta las 11:30 am ocurrió algo fuera de lo normal.
Era la clase de expresión oral y escrita, por lo que llegó el profesor Simone Belli quien nos contó de lo afortunado que éramos al tener este tipos de hallazgos dentro de la Universidad, el cual nos contagió su entusiasmo y fuimos a visitar el lugar de los hechos.
Mientras caminábamos el profesor Simone nos apresuraba para que vayamos más rápido, cuando llegamos al “camino chocapic” (llamado asípor los propios estudiantes), habíamos perdido de vista al profesor y andábamos sin saber a dónde ir. Luego apareció detrás de nosotros y con un tono de voz alta nos dijo que apresuráramos el paso.
Al llegar al sitio nos encontramos con dos arqueólogos, el uno llamado Byron el cual era ecuatoriano y el otro llamado Tomás de nacionalidad española. Ellos nos decían que la arqueología es algo muy complejo, ya que ellos tenían que definir un área alrededor del sitio exacto donde se realizaba. Esta área es aproximadamente de 40 a 50 metros cuadrados y realizaban huecos con una profundidad de 1,5 a 2 metros.
Nos mostraron los hallazgos, eran tres restos fósiles de los cuales solo alcancé a ver el pedazo del cráneo de un hombre. Un compañero preguntó ¿cómo sabe que pertenecieron a un hombre? A lo que Byron supo responder que los hombres en la parte posterior del cráneo tienen una pequeña protuberancia, lo que le permitía afirmar su género.
Después de soportar tanto sol y escucharloquenos explicaron los arqueólogos nos dieron sus correos para que, si notábamos algo extraño les avisáramos, al finalizar nuestra pequeña excursión teníamos que retirarnos a nuestra próxima jornada de clase, aunque en algunos casos como yo, llegamos tarde.